¿Por qué no consigo materializar el cambio?

Tienes un objetivo. Tienes ideas sobre cómo hacerlo. Sin embargo, finalmente no acabas haciendo lo que has dicho y cuando lo haces te das rápidamente por vencido. Tal vez creas que el problema es la falta de motivación, que no lo deseas lo suficiente o que no se te ocurren ideas de cómo hacerlo, pero el proceso de cambio es más profundo.

El Coaching es una disciplina de gestión del cambio, por lo que estudiamos en profundidad cómo se producen, y por ello sabemos que, para que un cambio se haga efectivo necesitas seguir un
proceso concreto.

Normalmente basamos nuestros objetivos en los resultados que deseamos obtener, por ejemplo, mejorar la relación con otra persona, tener una vida más activa, emprender un nuevo camino profesional, etc. Pero, para obtener un cambio relevante y perdurable en el tiempo no basta con desearlo y cambiar algunos hábitos.

Imagínate un iceberg. Todos ellos tienen una parte que sale a la superficie, pero en la profundidad del mar hay mucho más.

De la parte visible trabajamos el entorno y la conducta. Dicho de manera sencilla serían los hábitos, que al hacerlos a diario te llevaran a los resultados (objetivos). Sin embargo, ese cambio que deseas no se producirá si no trabajas la parte sumergida del iceberg: tus capacidades (las que sabes y las que no sabes que las tienes), tus valores, tu identidad, tus emociones y tu propósito. Es decir, el verdadero para qué quieres realizar ese cambio.

Como ves, un proceso de coaching es un viaje a lo más profundo de ti, por eso creamos un espacio confidencial y de no juicio, para que puedas hacerlo con todas las garantías. ¿COMENZAMOS?

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